1. Inicio
  2. Montañas
  3. Alpinismo
  4. La acrofobia es el miedo a las alturas. Descubre cómo superarlo.

Acrofobia, superando el miedo a las alturas

Superar el miedo a las alturas no es difícil Todo miedo debe ser racional y justificado para que la reacción ante él conduzca al organismo hacia la supervivencia, y hacerlo de la forma más óptima. En otras palabras, el miedo debe definir con precisión el nivel de peligro de aquello que genera incomodidad y ofrecer, por así decirlo, un valor numérico exacto que desencadene una reacción igualmente medida.

El miedo a las alturas (aunque no sea pánico) es inherente a cualquier ser biológico terrestre que no pueda volar ni planear, ya que una caída desde una gran altura resulta mortal para ellos. Sin embargo, un salto desde una altura baja es algo bastante normal y genera más bien una sensación de precaución. Aquí es donde se encuentra la línea entre el miedo y la fobia. Cualquier persona que se encuentre al borde de un precipicio sin equipo de seguridad de montañismo sentirá miedo a caer. Este miedo nos insta a alejarnos del borde.

Si la elevación no es alta, como un taburete, o el riesgo de caer es inexistente (por ejemplo, cuando alguien mira hacia abajo desde la ventana de un décimo piso y aún teme caer), podemos hablar de una fobia.

El miedo natural proporciona al organismo una oportunidad de sobrevivir; la fobia, en cambio, nos debilita y nos hace más vulnerables.

Además, en situaciones de pánico, cuando alguien siente miedo de bajar, muchas veces se lesiona o incluso pierde la vida al caer o saltar.

Nudos de montañismo Si disfrutas del montañismo, te puede interesar aprender a atar nudos de montañismo . Aquí encontrarás los principales nudos utilizados en el montañismo.

También puedes encontrar una guía sobre los mejores rocódromos en Moscú en esta página .

¿Qué es la acrofobia?

La acrofobia no es simplemente miedo a las alturas El miedo a las alturas que se convierte en una fobia se conoce como acrofobia. Es uno de los miedos más comunes, afectando aproximadamente al 10% de la población (4% de mujeres y aproximadamente 5% de hombres). Uno de cada diez: es una cifra considerable.

Hay que luchar contra esta fobia, ya que con el tiempo tiende a intensificarse. En las personas mayores, al miedo de caer se suma un miedo aparentemente lógico a fracturas. Con el tiempo, puede desarrollarse el “miedo al miedo”, es decir, cuando evitamos cada vez más aquello que tememos. Nuestra vida puede volverse completamente insoportable, las relaciones con los seres queridos pueden sufrir, y hasta las actividades más cotidianas—trabajar, salir de casa, bajar unas escaleras—pueden hacerse difíciles. En algunos casos, el pánico se desencadena incluso cuando la persona que sufre acrofobia está firmemente en tierra firme pero ve a otro en una altura (por ejemplo, un vecino en un balcón o un gato en el techo). La persona se imagina en esa posición y teme caer. Este miedo puede hacer la vida completamente insostenible, convirtiéndola en una enorme limitación cargada de restricciones.

Sintomatología

Síntomas de la acrofobia La acrofobia se manifiesta con mareos, náuseas, pánico, rigidez o entumecimiento de las manos, temblores y sensación de que las piernas fallan. Pueden aparecer episodios de asfixia, sudoración excesiva o dificultad para respirar, taquicardia, aumento de la salivación o, por el contrario, sequedad en la boca. Todo esto son manifestaciones vegetativas del miedo. Se trata de un pánico hormonal incontrolable y de una especie de “hipnosis” frente a la altura. Surge un deseo obsesivo de aferrarse a algo o a alguien, desaparece la capacidad de pensar con claridad, hablar con coherencia e incluso reaccionar de manera normal a lo que nos rodea. En ocasiones, surge un deseo incontenible de caer o saltar, aunque esto no tiene ninguna relación con intentos de suicidio. Por el contrario, es el miedo a la muerte. Algunos temen perder el autocontrol y saltar desde una altura, mientras que otros temen perder el equilibrio y caer, algo que ciertamente puede ocurrir si las piernas no responden bien. Estar de pie intensifica el miedo a las alturas más que estar sentado o acostado. Girar la cabeza agrava la acrofobia, por lo que muchos intentan “quedarse quietos” y mirar a un solo punto.

Vuelo en paramotor Para quienes no temen las alturas, puede ser interesante explorar información sobre los vuelos en paramotor .

También puedes descubrir qué tipos de ala delta con motor existen aquí .

Y si prefieres el esquí de montaña, puedes leer más sobre las estaciones de esquí en Bielorrusia: /es/mountains/skiing-snowboarding/belarusian-ski-resorts/ .

Causas de la acrofobia

Causas de la aparición de la acrofobia Antes se pensaba que las causas de este miedo eran un aparato vestibular débil o un trauma temprano relacionado con una caída o el temor a las alturas. Hoy en día se ha demostrado que se trata casi exclusivamente de una cualidad genéticamente determinada y congénita, que puede no estar relacionada con el aparato vestibular. El equilibrio del cuerpo se logra gracias al trabajo preciso y coordinado del aparato vestibular, los ojos, las vías nerviosas conductoras, el cerebro medio y el cerebelo. Cuando hay discrepancias, retrasos o falta de sincronización de las señales de “lo que veo” y “lo que siento”, el cerebro recibe información contradictoria, lo que provoca fallos en el sistema. Si además los músculos responden con un retraso incorrecto, el sistema de equilibrio se ve aún más comprometido.

Tratamiento de la acrofobia

Si el miedo a las alturas es leve, es posible superarlo de manera autónoma entrenándose para estar en lugares elevados, incrementando progresivamente la altura y dejando de usar medidas de seguridad. Es importante combatir el miedo conscientemente, convencerse a uno mismo de que la altura de un taburete no representa un peligro mortal. Los ejercicios de respiración y el yoga pueden ayudar, ya que permiten aprender a controlar el sistema vegetativo y calmar rápidamente los estados de pánico. Una persona puede “anclarse” visualmente en un objeto y, mirando directamente hacia él mientras observa el resto de los eventos con la visión periférica, reducir la ansiedad y el malestar, ayudándose a sí misma a calmarse. Este “ancla” no debe estar a más de 25 metros de distancia y, preferiblemente, debe encontrarse a la misma altura.

Curiosamente, los videojuegos de tipo “shooter-plataformas”, en los que el jugador se identifica con un personaje que corre, salta y cae desde alturas sin morir, pueden ofrecer un buen efecto terapéutico.

De igual forma, las películas de terror pueden fortalecer gradualmente los nervios. Ver películas con saltos y acrobacias en alturas (por ejemplo, de artes marciales) o sobre paracaidismo puede ayudar a superar el miedo a las alturas. Si analizamos racionalmente el miedo a las alturas dividiéndolo en componentes, es posible vencerlo paso a paso.

Cómo tratar la acrofobia El tratamiento de formas severas requerirá la ayuda de un psicólogo altamente cualificado. Este puede enseñar al paciente técnicas de relajación, control de su estado psicofísico y formas de bloquear el miedo. Existen métodos de terapia cognitivo-conductual no farmacológica. Una vez que el paciente aprende a controlar o al menos a contener el miedo a nivel hormonal, se inician las prácticas en alturas. Después de activar el miedo, el esfuerzo de voluntad se utiliza para reducirlo a un nivel de estrés nulo. El tratamiento continúa hasta que el miedo desaparece. Aunque, en esencia, este es el mismo proceso, solo que con apoyo profesional. A veces puede tomar varios meses, pero el resultado siempre es alcanzable y la enfermedad retrocede.

En cambio, el tratamiento de la acrofobia con medicamentos es prácticamente imposible. Solo se puede mantener el estado mental con medicamentos, reducir ligeramente la ansiedad y mejorar la coordinación del cerebro.

Publicado:

Actualizado:

Añadir un comentario